Por: Germán Laris
Tirar las flores es un modo coloquial de referirse a ensalzar o colmar de elogios, Sergio Garval muestra suelos colmados de flores, a un punto de la exageración y el barroquismo exuberante, por supuesto irreal.

La imagen que construye con 3 mujeres de aspecto ordinario con vestimentas caseras de reposo y comodidad, muestran una serie de poses al momento de exhibirse para lo que parecen ser cámaras de celular. las intimidades contenida en dispositivos para difundir fragmentos de un yo exteriorizado. Garval reúne una colección de desnudos masculinos, a modo de pretextos del arte para explorar la anatomía, confrontando las actividades de frivolidad y el deseo de ser eterno implicado en la realización de una obra de plástica.
La diferencia de soportes e intencionalidades confluyen en ciertos puntos, el Minotauro de traje azul, evidentemente un sarcasmo del príncipe agraciado, el hijo bestial del rey Minos, construye una ilusión representada en el mito a manera de nuevo de durar para siempre, las flores rotas son elogios inconexos y carentes de capacidad para edificar discursos coherentes, al igual que los lienzos esparcidos y mostrados hasta en su reverso muestran los arneses que sostienen el espejismo de sus afirmaciones emotivas.
