Por: Germán Laris
La técnica del decollage inventada o promovida por el artista italiano Wolf Vostell pudo haber servido de pretexto para incrustar una doble imagen en esta obra de Enrique Oroz. El lenguaje que desarrolla Oroz tiene rastros de muchos recursos estudiados por la teoría de la percepción sensorial, en la Lady Piolin aparte del decollage y la doble imagen, vemos indicios de las composiciones para generar transiciones de una imagen a otra usadas por la holografía y los recursos efectistas del 3D.

Lady Piolín (2016)
Óleo sobre tela.
Es cómo si el pintor extendiera las posibilidades en función de combinar a una dama del siglo XVII, elegante y segura por medio de su peinado al estilo de Maria Antonieta, sería en el presente decapitada por un afiche de un personaje de dibujos animados, hibridando una personalidad intermedia basada en las indecisiones.
Las reflexiones deconstructivas de Enrique Oroz conectan con obras suyas en que el desfile de figuras de la cultura popular chocan de frente con la alta cultura de los museos, la pintura en que muchos atrincheran sus esfuerzos llamándola tradicional adeuda con la hegemonía de las colecciones que pasaron de pertenecer a la realeza, luego a la burguesía para terminar exhibidas en museos y colecciones públicas que generan prestigio a los países que las ostentan. La tradición del arte ensalada esconde una veneración inconsciente hacia una cultura dictada desde occidente.
