Felipe 7: Los Juegos Necropatas

Por: Germán Laris

No acabarse de morir es considerado de mala educación. Por quiénes esperan que el placer o los lujos los mantengan entretenidos bajo este abuso de la eternidad. La peor de las tragedias de aferrarse a llenar de vida un cuerpo por tiempo indefinido radica en que aquello que nos gusta y amamos deje de agradarnos.

Felipe 7
Felipe 7 «Los Juegos Necropatas»

El sin sentido basado en el desapego de lo humano crearía a entes que revuelcan su alma en medio de la podredumbre. La avaricia por que el estado preserve la vanidad de los que comparten la misma condición los convierte en bestias con instintos enigmáticos. Los muertos vivientes son parte de la vida cotidiana. El caso de que no los notemos es por qué ese lado de la oscuridad humana nos queda pendiente por ser descifrado. El constante delirio de la carne representa una de las promesas de las religiones que ponen entre sus ofertas la vida eterna a modo de una retribución a cambio de sometimiento devocional. 

Felipe 7
Felipe 7 «Los Juegos Necropatas»

En las crónicas de los Juegos Necropatas no hay dioses. La fórmula para sobrevivir es reducida a un simple menjurje proveniente de una mezcla entre brujo y alquimista. El alma es una de las preocupaciones de Felipe 7 como autor. No el destino de las almas si no la esencia y carácter en esa complejidad que no diferencia entre las malas intenciones o la inercia autodestructiva de querer seguir viviendo aunque ya no haya nada propio. 

Felipe 7
Felipe 7 «Los Juegos Necropatas»

Entonces esas almas roban y destruyen lo poco bueno o saludable que les queda. La corrupción de la carne lo es también del alma que se queda allí arrejolada. La tumba es el real infierno. Un segundo contenedor para suspender el contacto con el mundo. La muerte o su cercanía sirven a Felipe 7 para explorar la representación expresiva de cuerpos putrefactos o desfigurados. En súbita mutilación a ratos desgarrados o en descuartizamiento. 

Felipe 7
Felipe 7 «Los Juegos Necropatas»

La curiosidad en el arte se adelantó a las disecciones de los cirujanos científicos. Así sucedió en la labor de las investigaciones de Leonardo da Vinci. Esta misma búsqueda que pasa por lo mórbido y el gore predomina en los dibujos de Felipe 7. El artista diagrama una fantasía que intenta reflexionar sobre el asco de desear persistir en este plano terrenal. A falta de maquinarias que sustituyan al cuerpo completo la voluntad humana hace que la ilusión de los placebos sirva para vivir a lo tonto. Es a su vez otro tipo de avaricia una que destruye y deja vacío cuanto ama.

Felipe 7
Felipe 7 «Los Juegos Necropatas»

La supra consciencia que menciona solo una vez en su novela gráfica Felipe 7. Es la sublimación de aquello que la podredumbre no toca. Casi del mismo estado en que Justino coloca el amor hacía su hijo monstruoso. El cual le recuerda el sonambulismo de su mujer sin alma a la que amo. Felipe 7 habla de los extremos no de modo retorico. En su narrativa los buenos o malos no son personas son actos y manifestaciones del ser a veces dispuesto a lo peor para justificar sus comodidades.

Felipe 7
Felipe 7 «Los Juegos Necropatas»
Felipe 7
Felipe 7 «Los Juegos Necropatas»

La intención de Felipe 7 en su novela gráfica de los Juegos Necropatas pareciera proponer los indicios para encontrar a esos muertos vivientes con plena consciencia y con pretensiones viciosas. Los cuales a diferencia de los zombis son habitados por pasiones o ganas por subir en los niveles de su descomposición personal. Sus personajes podridos del alma lo están en distinto grado e intensidad. La falta de decencia de no permanecer en el panteón es descrita por Felipe 7 a manera de una calaverita o corrido o una leyenda cantada en el inicio de su relato. A modo de juego va sembrando las semillas y gusanos para dejar entrever el lado más insondable de la naturaleza del ser.

Felipe 7

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