Carlos Torres

Por: Germán Laris

El filtro sobre las imágenes que Carlos Torres elabora célula por célula. Ordena estímulos visuales que adquieren sentido en la suma de sus variaciones. En tal ejercicio hay un trasfondo y una intención por volver vigente la contemplación asociada a lo espacio temporal. 

Carlos Torres
Carlos Torres

En este aspecto Carlos Torres formaliza su acercamiento entre la pintura y lo musical. Especialmente las herramientas del jazz como lo sería un live motiv representado en la trama geométrica con la que media sus tramas ópticas. La serie de retratos de músicos de Jazz qué desarrollará Carlos Torres lo hicieron valerse de distintas soluciones del lenguaje grafico que de cierta forma evolucionaron a las unidades segmentadas de pixeles. 

El punto la línea y demás elementos esenciales tienen una escala de asociación. En dichas transformaciones coexiste la noción de armonía o de la presencia de los accidentes que crean texturas. Toda esta vibración de estímulos ópticos es leída por Carlos Torres a través de paisajes y retratos. Estas cortinas de celdas segmentadas establecen una separación desde el artificio la transmisión acontece al ser reconstruida. 

El proceso es inconsciente, pero al reflexionarlo evidencia el automatismo irreflexivo del consumo de imágenes. Pasamos por alto la exactitud de lo real y asumimos otros soportes de condiciones no naturalistas para entender o memorizar los datos visuales. Carlos Torres en sus obras ejecuta una técnica cuyas soluciones pueden ser infinitas. Un mínimo cambio desencadena transmutaciones en las secuencias de hexágonos, círculos, cuadrados, o cualquier ritmo de cortes que el artista defina estratégicamente.

Deja un comentario