Por: Germán Laris
La doble muerte de los que no se despiden ocurre bajo distintas condicionantes. La pérdida parcial o aparente es una de ellas. En la aniquilación física los fragmentos o el nombre inspiran los lazos que alimentan a una flama en el presente. Jessica de la Garza Gadga pinta brazos deformados semejantes a las veladoras. El trozo de madera también busca ser aniquilado, es un material superpuesto a modo de puente que asocia a lo representado frente al mundo circundante.

«Desmemorias»
Óleo y encausto (2021)
37×40 cm
El temor en primera persona atiende al borde sobre el que camina todo los sometidos a un juego macabro. Gadga ilustra el esfuerzo inútil por frenar la destrucción inherente a cualquier falta de memoria.
Mientras la impotencia ensordece frente a un suplicio plagado de silencios. La pintura preserva las veladoras del rezo de la esperanza qué puede ser una mentira cuya lentitud prolonga el declive.
