Diego Rodarte

Por: Germán Laris

El borrado de los rostros que reitera Diego Rodarte representa la etapa de sustitución en los procesos de simulacro. El retrato presupone un medio para volver al individuo en un ente que puede trascender su propio cuerpo material que sabemos efímero. Dicha aspiración radica acaso también a través de la pintura en sí misma. Diego Rodarte toma de ejemplo a Rembrandt el artista que reafirmo su prestigio al retratar a la burguesía de su época en Holanda. Rembrandt cayó en desgracia cuando su labor no cumplió en exaltar la vanidad, y comenzó a cuestionarse el horizonte de temas y tratamientos plásticos de las imágenes.

Diego Rodarte ©

El plagio es el ejercicio de tomar como propio lo ajeno. Entre más consciente resulte tal acto y en la medida que suplante al autor original. Supone una transgresión del orden de atribuciones que representan los valores de identidad dentro del arte. En qué medida puede un artista jugar y contradecir las premisas de las funciones aparentemente significativas del arte. Diego Rodarte opera sus acciones para desentrañar que tan inamovibles son estos fundamentos y sobre todo que ocultan.

El pintor Diego Rodarte hurga entre una abstracción que aplana la idea de tradición qué la mayor parte de las ocasiones avala su estatus a manera de aire antiguo, aunque resulte intraducible a simple vista. El artista menciona indirectamente el afán por almacenar referencias no clasificadas, no pensadas incluso. Entonces la identidad es algo carente de sentido si los seres son consumidos para terminar en archivos de un anonimato conveniente.

Estos entes cosificados en una uniformidad cromática por parte de Diego contribuyen con una forma vacía de acercarnos a la belleza que suplanta lo emotivo por aspectos estéticos ligados más a la percepción. El riesgo que bordea Diego Rodarte camina sobre el desierto de lo superficial, que sin embargo cultiva sus propios abismos. La inquietud de que hay una cara previa será reavivada de modo lúdico por Diego Rodarte. Las conjeturas quedan abiertas y las dudas son indispensables para un arte que desea abrir sesgos constantes para propiciar a la creación.

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