Patricia García

Por: Germán Laris

La noche viste de resplandores instantáneos a la consciencia, los seres que deambulan de un escenario al siguiente en las obras de Patricia García viven dentro de la ensoñación permanente. Los gestos corporales son los de infantes que descubren la seriedad del juego donde la existencia misma adquiere sentido. Este sistema simulado de ordenamiento simbólico impregna la estructura compositiva de las pinturas de Patricia García.

Patricia García ©

Ella confía en lo espontáneo, a través de su naturaleza impredecible los mensajes que desprende las alucinaciones o los sueños suponen modos de acudir a una especie de revelación. Las obras de Patricia García semejan cartas de trazos frescos cuyo temblor apenas perceptible describe los estados de su alma. Ella combina o separa elementos, según cierto orden de lectura jeroglífica. Los perros por alguna razón no especificada pasean en medio de sus imágenes como extraviados por el sonambulismo.

La mirada de los seres que representa Patricia García parece a ratos ensimismados acaso melancólicos por la vida previa de historias que desconocemos, su cosmos puede ser leído sobre una mesa a la hora del brebaje usando un sistema adivinatorio. Patricia García transmite un terror esencial por descubrir un destino real por ello procura hallazgos plásticos que metamorfosean la fragilidad de los seres en el mundo. Las fantasías o visiones que propone caminan sobre el filo de una navaja que dibuja guiada por un impulso enigmático.

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