Sergio Iván Carrillo

Por: Germán Laris

Los cuerpos de mujeres expresados por Sergio Iván Carrillo centran su poder en la columna que define los quiebres emocionales y retornos, el artista desea entender descifrando la tensión derribada o elevándose por encima de los observadores. La mujer es una espiral perfecta desde la paciente descripción de las sombras leves sobre una carne determinada por un resplandor interno. En su autorretrato Sergio Iván Carrillo desubica la temporalidad de su personaje delata la ficción de la pintura y las mentiras circunstanciales hechas para encontrar lo opuesto en algún sitio, el artista menciona indirectamente el que los mecanismos de construcción acontecen sobre el escenario mental del hacedor.

La epidermis lisa casi de porcelana domina en estas mujeres que pinta Sergio Iván Carrillo, el estudio de la luz y las leves sombras deambulan los cuerpos que representa bajo la tensión de un reposo inestable que conecta en gradualidad la transición de curvas a líneas angulares. La mujer inscrita en un rombo ubicada en el centro; advierte que está siendo observada, por el pintor y después por los espectadores. La cama transmuta en un escenario donde la mirada es el eje constructor de significados silenciosos.

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