Por: Germán Laris
Entre los elementos físicos del paisaje y los observadores queda intermedio el espacio el cual es subjetivado por Xehan Vázquez, a través del ritmo de líneas ondulantes. El estudio de las curvaturas graduales Xehan lo manifiesta en las formas para estilizarlas en medio de armonías que sensibilizan entre delineados y colores alterados.
El artista suele conducir los remanentes naturales a la pintura o al barro es un modo de profundizar en la experiencia de lo vivo, Xehan Vazquez ahonda sobre la ciencia que explora las sensaciones y produce un registro de lo infinitamente variado de los accidentes, sobre los que el afán humano propicia al desear perpetuarse usando estructuras sutiles.
Xehan Vázquez busca en medio de entornos quebradizos los árboles congelados y la tierra cultivada por un perpetuo movimiento de seres que la recorren y mueren sobre la superficie. El polvo vuelve a incorporarse a la cerámica gracias al agua y el fuego. Las fuerzas naturales moldean a lo aun inexistente por las labores de Xehan Vázquez en el intento constante de unir los elementos de una creación nutrida por una cosmogonía propia.




