Proyecto Cielo Abierto: Jessica Gagda y Georgina Arce

Por: Germán Laris

La costura que une los componentes de una prenda tiene lados visibles y otros internos que definen su resistencia característica. La trama entre lo funcional construye la naturaleza de lo estético. Es entonces que las pintoras Georgina Arce y Jessica Gadga proponen una conjugación propositiva para entender las delimitaciones del estilo. Ellas evitan el miedo a que la autoría sea cuestionada y deambule entre los caminos abstractos sea reinterpretada por el abordaje de la presencia humana visible, es acaso la libertad las muestra plenamente con su oficio creador

En una labor de coincidencias las artistas estudiaron la posibilidad de ir encontrándose a través del dialogo plástico, en tal entramado mirar y construir mecanismos en la imagen es uno de los factores en juego y rasgo más reconocible dentro del tejido sensible de sus pinturas. La piel humana y la dermis del lienzo adicionado por capaz pictórica entretejen el mosaico de sutiles diferencias.

La mancha es un continente sugestivo para la imaginación. A través de sus indicios y alrededor de lo posible Georgina Arce produce espacios para que las formas humanas habiten o animen en sus márgenes. El cuerpo danza a ratos reposa alrededor y adentro de las luminosidades auspiciadas por los entornos de un ritmo pausado de Jessica Gadga.

El contraste representa un elemento más en medio de grados de armonía y equilibrios reflexivos, Jessica Gadga propone cuerpos que conviven desplazándose sobre el paisaje elocuente de manchas encendidas de Georgina Arce. El espacio sugerido remite a la modulación introspectiva ejecutada por Georgina Arce mientras Gadga; nos hace ingresar simbólicamente a la pintura a modo de un acontecimiento sensorial por medio de sus personajes femeninos. No son fondos si no inmersiones atmosféricas aquello que desarrollan en sus piezas conjuntas.

Lo vivo y espontaneo en las pinturas de Georgina Arce es a la vez un deslizamiento gozoso hacia lo incierto,  Jessica Gadga visualiza a lo corpóreo desde el dibujo proporcional el cual define la identidad de los seres. Ambas artistas trazan un viaje de encuentro en el que el espectador aprecia en los cuadros emergiendo de un lenguaje esencialmente sensible. Este intercambio del que obtenemos la visión de la etapa de las conclusiones; abunda en el conocimiento de posibilidades que las artistas eligen animar reelaborando. Ellas someten a un estudio desde los extremos que buscan coincidir o mostrar las oposiciones necesarias que sin embargo, en todo momento las dos artistas conversan en varios niveles. Su trabajo fue realizado por cada una en su taller a modo de respuesta concretada sobre el lienzo. Durante una inmersión de sensaciones moldeadas por la sorpresa de hallazgos silenciosos que luego eran reflexionados por Jessica Gadga y Georgina Arce. La escritura de Fabiola Saborio no describe más bien ella enciende otras luces alrededor de las imágenes. Su poesía invoca los latidos y los parrafos que guían un sentido trascendente implícito en una creatividad que enciende la flama desde la palabra viva.