Por: Germán Laris
Durante la época victoriana el único trabajo que consiguió Joshep Merrick fue enrollando puros de tabaco, pero luego su deformidad creció hasta impedirle desempeñarse en una vida que imponía su aceptación bajo arreglos mercantiles. El seudónimo de hombre elefante lo atribuyeron a un apéndice que colgaba en su barbilla, el cual que lo cortaron a pesar de los intentos de los doctores una variedad de tumores alteraron sus huesos y tejidos blandos.

«Joseph Merrick»
Mixta
50 cm x 36 cm
Gonzalo Gerfloy lo retoma mostrándolo a manera de la preparación de un forense que ha seccionado la caja torácica. La apariencia y lo esencial quedan delineados en un par de alas de alambre, que Gonzalo Gerfloy sobrepone a modo de un atributo de un ser situado al margen de lo humano. La clavícula dislocada concuerda con la excesiva proyección de tumores que elevan protuberancias para volverlo más sensible, Joseph Merrick muere a los 27 años deseosos de ternura y respeto tras una biografía que describe el purgatorio de los denominados fenómenos de circo. Él condenado por su corporalidad fuera de la norma es presentado como objeto de culto en distintas obras de Gonzalo Gerfloy.
