Exposición «Procesos para construir imágenes»

Por: Germán Laris

La cadena de imágenes que conducen a determinada visión en la consciencia del artista; es consecuencia de una serie de elecciones. El ejercicio de edificar los arboles de selecciones personales para integrar los propios aportes, bajo ese orden de cosas el ejecutante produce modos de abordar los sistemas de imágenes. La creación puede surgir de una depuración de las influencias y de la claridad de las reflexiones que gesta el artista. La construcción entonces proyecta un dialogo que emana de lo interno, o de las percepciones que reconocen la subjetividad como un nivel de paradojas y complejidades irresueltas.

Hacer arte recorre una serie de etapas constructivas que van desde la idea inicial, hasta la culminación de la obra en sí misma. En la sucesión de estaciones hasta el punto final el artista suele eliminar o añadir elementos que equilibren su modo de concebir los resultados más óptimos. Es el estado final el que suma y permite ocultar aspectos sobre los que el artista decide, los cuales no estarían exentos de dudas y titubeos. La seguridad que brinda la práctica en ocasiones descarta en automático un gran número de posibilidades para las visiones alternas sobre un determinado objeto artístico.

Las variaciones abren grados de observación imprevistos. Ante ello el generador de imágenes podría atender el flujo de lo imprevisible. En ocasiones todo ocurre en la mente y la experiencia incide en volver tangible estos otros panoramas.

El rehacer es una herramienta para plantear niveles de aproximación que cuestionan una obra como inamovible. La paráfrasis o la reinterpretación operada por el mismo autor, concierne a un ejercicio de autocrítica activa o puede serlo en la medida que en tal ejecución haya replanteamientos. Durante los procesos para construir imágenes; el artista abre la puerta al pensamiento que intenta ir más allá de los mecanismos de interpretación, ya que los actos que surgen a veces asocian accidentes o confrontan indicios dispares los cuales ponen en tela de juicio los desarrollos lineales.

En un sentido creativo las prioridades no quedarían depositadas en el reconocer un eje que defina a uno o a distintos resultados, si no tal vez acaso en inspirar tantas soluciones para abrir la experiencia frente a rumbos que revisen el cómo hacer y con qué instrumentos. Analizar la naturaleza de los materiales permite al artista determinar la materialidad inherente a su producción, pero ante todo en dicho inventario de componentes localiza significados que no tendría que evadir. Por otro lado la obra al ser también mental puede mutar previo a asumir una forma que cristalice su materialidad y una vez encarnado continuar reconfigurándose.

La acción de atribuir un estilo simplifica o intenta acallar este barullo de lo irresuelto presente en la constante capacidad del artista para dudar. El imaginario individual tiene como un marco de referencia a la historia y a la experiencia de otros ojos que entienden y filtran el mundo a veces de manera opuesta.

El arte asume un papel universal cuando el sujeto encuentra una veta y profundiza en sus ramificaciones, por ello el quedarse en un estilo por comodidad rebaja el rango de recursos para proliferar de forma autoconsciente.

Cartel de la Exposición

Jueves 4 de agosto 8:00 p.m. en «Arcadia Fusión Cultural» Hospital #516 Guadalajara, Zona Centro

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