Indira Castellón

Por: Germán Laris

Las almas que conjura Indira Castellón acuden al ceremonial donde la temperatura del cromatismo danza de un espeso material a la traslucida llama interna o  transparente  en el incierto camuflaje el cual convive entremezclado. Las aves que anidan juntas y las mujeres que flotan entre las nubes transmutan sus vestimentas bajo el espectral capricho de ensueños celestes. La luz de cada atmosfera en la obra de Indira Castellón extiende un refugio para las sensaciones perceptivas ancladas subjetivamente a la altura de la nota de color. Las figuras antropomorfas son metáforas vivientes con plumas o escamas a ratos tejidas sobre los telares melancólicos de narraciones suspirantes, Indira Castellón pareciera acercarnos a entornos en medio de los cuales el silencio de los que contemplan, es un acto para los que tienen como cualidad a la paciencia sagrada, semejante a las piedras obedientes. Los seres y objetos son componentes de una clave atmosférica del colorismo que cultiva sabiamente Indira Castellón, en medio de su melodía; las figuras contienen la justa medida de una paleta que les concede una vida para descifrarse recíprocamente y no revelarnos el absoluto de una luminosidad que invade las células que los codifican por dentro. La pintora crea tribus que comparten el enigma de sus motivaciones mientras dialogan de pie para elevarse sobre el horizonte.

El alma es una idea para asociar lo inefable en una jerarquía de aquello que no conseguiremos reducir o segmentar a través de la poesía, por qué escapa constantemente, Indira Castellón domestica a las entidades incorpóreas que aterrizan para evidenciarnos la breve estancia dentro de la carne y el esqueleto.

El anhelo gregario de tribus, parvadas y grupos de elementos contienen uno de las facetas en la obra de Indira Castellón más trascendentes, ella lo armoniza con los procesos naturales que modulan a las especies de modo análogo crea un orden de jerarquías a través de las cuales unos dependen de los otros para subsistir, Indira Castellón colma de misterios ceremoniales el simple acto de confirmación mutua y los enlaces secretos que convierten en códices biológicos la pintura ritual las vestimentas máscaras y las actitudes al reconocerse, ellos saben algo a lo que somos por completo ajenos, es el llamado de la especie el cual ni siquiera requiere de sonidos o gestos expresivos, este acontece en medio de la serenidad de rostros apenas esbozados. La artista explora los aprendizajes mutuos en una compleja interrelación de los seres pero también de su entorno. Las improntas del surrealismo y de la pintura de Tamayo y Toledo son escuelas que confluyen en su obra para suscitar distintos contextos y derivar en una subjetividad muy propia. Indira Castellón logra que sus trazos fluidos no revelen el laborioso oficio desde el cual surgen.

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