Juan Barragán

Por: Germán Laris

Pintar el humo en su delicada estructura cambiante, es una de las tareas que Juan Barragán realiza para representar la desmaterialización, y es que los efectos plásticos o la óptica acabará teniendo un valor simbólico en la obra de Juan Barragán. La certeza de un dibujo claro y sensitivo conducen el ingenio del artista a ver un potencial selectivo sobre esencias constructivas muy puntuales. La curvatura del espacio o la manipulación de campos diferenciados, pero que Juan Barragán remarca en la mente que percibe los mecanismos a través de dispositivos internos de un dibujante exacto.

El color piel y el cielo dominan la obra de Juan Barragán, si acaso cita las extensiones del agua estas reflejarán cierta hora del horario celeste. La naturaleza de lo temporal va a tener su espejo en la epidermis clara que representa el espacio de la expectativa abierta. A través de estas constantes, Juan Barragán determina si el talante simbolista o el toque surrealista complementan el discurso de la obra para concretar las ideas. En su obra cuando creemos estar viendo a una persona tal vez aquello que miramos y nos escudriña desde su artificialidad estética sea un llamado hacia el abismo. Simular una presencia es una de las metáforas recurrentes de las mujeres que pinta, ellas bien podrían únicamente deambular por los paisajes de su imaginación mutable.

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